1/6/11

LA CALAVERA DEL CHE


Nela Martínez Espinosa

Geología de los sueños
la calavera del Che
desnuda de palabras
lo pone a volar de nuevo.

En aerolito sube
En candela baja

Viento de la historia
da vida a su osamenta
nos devuelve su luz caminante
desde el ayer de su paso
de cordillera y desierto
de dolor como selva y lava
por siglos congeladas.

Desde la edad del tiempo
desde la noche profunda
del antiguo mineral herido
le amanece a lo escondido
le renace a lo buscado
llanto tras llanto inacabado.
Llama es. En el aire se dispara.
Aire, ay, que no respira
y le silba en el pecho
ya sin asfixia.

A golpe de multitud alienta
multiplicado huracán
redoblado suspenso
del mundo entero
en suspiro tras la bala
rastreadora artera buscándolo.
Instante de la soledad
y de la sombra victoriosa.
Cortándole las manos
para nunca más la siembra.

Pero he aquí
en puro hueso
la elemental armadura
de su ser regresa.
Y nos deslumbra
como si la muerte no existiese

Como si jamás el miedo
en traje de general
hubiese temblado.
Guerrillero caído
su sonrisa de amor
en el alba de otro siglo
madruga al sol
de Ñancahuazú
cráter de su sentimiento
volcán de su pensamiento.
La mano que lo rescata
desata los nudos errantes
el cardo de los recuerdos
y todas sus espinas.
Desata la memoria
del primer fuego asesino.
Nos descubre todo el ayer
y en el corazón del hombre
la tierra herida
ya no es fragmento
de su propio esqueleto.
Piedra milenaria es
roca que se sostiene y crece
y transformará un día
la geografía del Ande.
Levanta la flor del futuro
desde la cordillera Bolívar.
Flor de las rebeliones
nos devuelve a la escuela
en donde como si diera
su primera lección
con la muerte por testigo
hace de la palabra
su verdad habitada.

Niños de América
la nuestra
la así nombrada.

Niños del hambre y del silencio
o de la voz amarga
en la escuela fue el crimen
y él antes de morir
les inventó el mañana.
Prisionero condenado ya
hizo del acento su pretexto
para que nadie nunca
soporte lo falso.
Signo traído al oído
en lengua de ayer
leyenda y pueblo
con voz antigua
ahora lo rezan.

Ante tanta ternura acumulada
con la que le desentierran
y lo entierran nuevamente
nos entran ganas de llorar
de decirle simplemente
como la que murió llamándolo
hijo a lo lejos, hijo
o mejor compañero.

Por siempre
Che de la esperanza
compañero.


* En reconocimiento a una de las mujeres fundamentales de nuestra historia, ejemplo de entrega, renunciamiento y perseverancia. A ti, Nela Martínez Espinosa, nuestro más profundo agradecimiento.

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