26/5/11

DICTAMEN DE INVIERNO

Miguel Molina Díaz

Inventándome pretextos
conversaciones de otro tiempo inmemorable
no llega sino solo la sombra de lo que fui a tu lado
o quise ser para complacerte mía
porque te gustaba la palabra crepúsculo
y yo contigo entendía bien su significado.

No hay certezas más que la necesidad de olvido
casi no hay rastros de ti lo confieso
llegan días nuevos pero llueve demasiado
tanto que los sueños se desvanecieron abruptamente
con tardes sin angustias ni esperanzas
en las que fracasé al enviarte mis mensajes
por el viento.

Como si solo fuese posible escribir poesía
después de haber besado el cuerpo de la mujer amada
fue urgente entender que eras solo un espejismo
desvanecido insomne mientras moría yo de frío
hasta volver a conocerte, por fin, un día.

Las páginas de mis libros guardan curiosos secretos
hojas rojas de otoño traídas desde lejos
cartas amarillas ilegibles entrañables
pero hay demasiado invierno para leerlas.

La decepción es por el tiempo conmemorado:
Abril no debió terminar sin violencia.
¡Como si no hubiesen existido los grafitis y los gritos!
¿Ves que a pesar de tanto engaño a veces te recuerdo?
Cuando en tus ojos habitaba la primavera
y no esa vanidad de serpiente enceguecida
a la que desconozco y olvidar procuro.

De ti, de la de ahora, nada quiero.
Extraño solo a la que solías ser.


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