12/2/11

GRACIAS POR EL VIENTO

Miguel Molina Díaz 

Amor, casi amor, silenciado amor cargado de nostalgia.
¿Por qué callas? ¿Por qué olvidas? ¿Por qué sufres?
¿Por qué tus ojos ya no buscan en el cielo palomas?
Esas voces voladoras que resentidas dejaron de cantarte,
aquellas que reposaban en tu ventana para verte,
para respirar tu aire. ¿Dónde están las palomas?

Y el viento que ondulaba tu precioso cabello,
¿Dónde fue a parar? Aquel que estaba vivo,
ese viento que te acariciaba las mejillas
y que te susurraba promesas al oído.
 Te está buscando entre las montañas y los ríos.
¡Pobre viento desesperado! ¡Está perdido!

Confundida y dudosa, no te olvides del viento,
olvídalo todo, pero recuerda tu viento,
y vuelve a ser paloma que el cielo te lo pide.
¡Te lo implora de rodillas! ¡Atraviesa los aires!
Vuela por favor, nadie te cortó las alas.
Vuela liberada, seguirás siendo amada.

Amor, no dejes que el silencio te derrote,
no calles tu voz, es el polen de la plantas.
Vuela y canta eternamente, así llegaras a África,
déjate llevar por el viento a dónde llegue tu mirada.
No te perderé de vista, me queda el viento de tus alas,
y me queda tu nombre que es fuego y llamarada.

Adiós Paloma Voladora, tu luz se verá desde Asia,
Amor prohibido vuela, conservo tu mirada,
y aunque ya no quiero pensarte ni adorarte,
sé que tu voz encenderá mil llamas.
Y gracias por el viento que me dejan tus alas,
Amor, contigo te llevas mi alma.

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