Miguel Molina Díaz
Ese rostro que besé tantas beses,
ahora recibirá otro calor
y su mirada llena de inquietudes
no volverá a cruzar mi visión.
Hace poco tiempo podía tocar su piel,
podía tomar sus manos en las mías.
Que pena que su nombre de ilusión
sea ahora de desolación.
No quiero que se apague
tu fuego de volcán.
No quiero que tu magia
deje de asombrar.
Hasta que tu mirada no me mire,
que no me mire ninguna mirada.
El día que me olvide de tu nombre,
el día que me olvide que te amé,
que dejen de ser míos mis labios,que deje de ser mía mi voz,
que deje de ser mía mi vida
porque sin ti prefiero no ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario