23/4/11

EL PERSONAJE

Miguel Molina Díaz

Entonces así es como se da vida al personaje
no cayendo en el error de inventarlo
porque, de alguna manera, todo personaje ya existe,
lo importante es rescatar sus vicios
y eso si que es difícil.

Es más o menos como sacar su esencia
y, por supuesto, no se trata de una carta de suicidio
pero digámoslo abiertamente:
las historias interesan cuando hay drama
incluso en una comedia.
En palabras más sofisticadas:
se trata de un conflicto de intereses.

El interés es dar vida al personaje
que no haya dudas sobre su humanidad
es decir, tiene que ser un personaje de mierda
lleno de defectos inconcebibles y jocosos
y debe, obligatoriamente, sufrir una anagnórisis
sino no vale la pena la historia.

La cuestión es que tiene que reflejarlo todo
no solo expresar nuestras frustraciones
que es otra forma de describir la “creatividad narrativa”
también tiene que dar la impresión
por ejemplo, de que el personaje va a baño
tiene dificultades y complejos
oscuros deseos a veces
incluso muchas apariencias.

Es más o menos como estar sentado
en la mesa de un restaurante vacío
ubicada al aire libre
hay lluvia
además hay iluminación
se escucha jazz y blues
es fácil concentrarse en la idea del personaje
y tratar de traerlo al mundo
como pariéndolo.

El ambiente, definitivamente, es nostálgico
tanto que parece Navidad
y no sé cómo explicarlo
pero me surgen deseos de ir a New Orleans.
Tal vez allí logre crear al personaje.

Veo gente caminando con fundas en las manos
acaban de hacer compras en almacenes de lujo
la verdad es que esta mesa está en un barrio rico
y se me ocurre que alguno de ellos podrían ser mi personaje
tendría que ser una mujer con buenas piernas
(¿Por qué siempre tienen que ser maravillosas las piernas?)

O podría ser cualquiera
sin discriminación ni buenas piernas
con tal de que no desentone en la historia.

El problema es que no vale la pena un personaje
sacado de una joven noche
donde acaba de escampar.

Esto me recuerda al poema
que le escribí a una desconocida
(a pesar de que todos los poemas dedicados a mujeres
son hacía alguna desconocida)
Y también viene a mi memoria
que está tarde terminó con un fenomenal atardecer
y extrañamente
llovía.

Sigue sonando el jazz
una vez más el blues
y sigo queriendo salir de viaje
ya no es indispensable que sea a Nueva Orleans
podría ser Buenos Aires
podría aprender tango.

Entonces
lo veo venir desde la brisa nocturna
se acerca despacio y me lanza su mirada
se sienta en mi mesa mojada y suspira
deja en el suelo su paraguas
saca un lápiz
una hoja de papel.

¡Lo reconozco!
¡Él es el personaje sobre quién escribo!
Pero no, algo está mal, lo miro…
El personaje
otra vez
soy yo.

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